miércoles, 8 de octubre de 2008

Impacto y Consecuencias de las Represas

Las represas constituyen una de las principales causas directas e indirectas de pérdida de millones de hectáreas de bosques y muchas de ellas abandonadas bajo el agua y en descomposición. De ahí que todas las represas emiten gases de efecto invernadero que aportan al calentamiento global por la descomposición y putrefeacción de la biomasa.
El Derecho a la Salud, y las Enfermedades de las Represas:
Las aguas estancadas de las represas generan enfermedades como la esquistosomiasis que por medio de los caracoles se producen en las aguas estancadas o de movimiento lento, como sucedió en las represas de Kariba, Aswan y Akosombo. Entre otras enfermedades que se asocian con la construcción de las represas están: disentería, diarreas, desnutrición, proliferación inusual de mosquitos, viruela, erupciones en la piel, infecciones vaginales, cáncer, tuberculosis, sífilis, fiebre amarilla, dengue y leishmaniasis. Aunque hay muchas opiniones contrarias, entre los posibles impactos que generan las líneas de transmisión de energía de alta tensión están las malformaciones físicas al nacer; el el aumento de cáncer y leucemia en niños, los tumores cerebrales o problemas en el sistema nervioso.
Como ya hemos visto, la construcción de represas atrae personal externo a la comunidad lo que genera la importación de prostitución y enfermedades de transmisión sexual que se agudiza con la presencia de la policía o el ejército que custodia el proyecto. El paludismo se extendío alrededor de la represa Itaipú; y las fiebres y la malaria se difundieron con mayor rapidez en las represas Sardr Sarovar y Upper Krisna en la India, en Brasil y en otros países de Africa donde la malaraia es la principal causa de muerte. Por lo menos unas 40,000 personas que viven en la cuenca de la Amazonía han sufrido de picazón en los pies y otros impactos en la salud debido a la descarga de aguas sucias de la presa Tucuruí. Con la represa Tocantis se registraron muchos problemas estomacales donde se registraron muchos niños fallecidos luego de beber agua.
El Derecho a la Biodiversidad, y la Extinción Flora y Fauna:
Las represas y los trasvases son la principal razón del por qué el 33% de las especies de peces de agua dulce del mundo se han extinguido, están en peligro de extinción o son vulnerables. El porcentaje aumenta en países cuyos ríos han sido altamente represados – casi un 75% en Alemania-. Un significativo pero desconocido porcentaje de mariscos, anfibios y especies de plantas y aves que dependen del hábitat de agua dulce también están extintos o en peligro de extinción. Las descargas de agua fría de la presa mata algunas especies de peces y toda la biodiversidad que depende de las inundaciones naturales. Desplaza y mata animales de ecosistemas; elimina humedales, fuentes subterráneas de agua, bosques únicos y la fertilidad de las tierras por los sedimentos naturales que ya no llegan. Con la apertura de caminos para el paso de maquinarias y otras infraestructuras obliga a tumbar más bosques y abre la puerta a los traficantes de madera. Tampoco se busca la reforestación en otros lugares con el fin de mitigar sus impactos. A su vez los desplazados destruyen más bosques para su reasentamiento eliminando más biodiversidad.
Algunas represas provocaron que muchos animales se quedaran acorralados en pequeñas islas y murieran de hambre. El almacenamiento genera también especies exóticas de plantas, peces, caracoles, insectos y animales que compitan con los nativos. Los embalses bloquean por kilómetros el paso de peces, insectos y animales terrestres hacia el río arriba o río abajo. Los canales o escaleras para peces como el salmón que han sido construidos a un lado de las represas para dejar el paso a los peces no han tenido éxito.
“(...) impedir el paso de especies de peces migratorios era el impacto ecosistémico más significativo, registrando en más del 60% de los proyectos (...).” [3]
En Norteamérica la construcción de represas es una de las principales causas de la extinción de especies de agua dulce. En Estados Unidos, de tanta presa en el río Colorado su agua ya no llega al mar y en su delta han desaparecido jaguares y garzas y un gran número de pueblos indígenas que ahí pescaban y cultivaban. En el río Columbias entre el 5 y el 14% del salmón adulto pierde la vida en cada una de las ocho represas construidas en él. En Tailandia la represa Pak Mun eliminó 51 especies de animales y se perdieron 11,250 toneladas de peces del sistema del río Senegal. El mar salado o lago Aral en la antigua Rusia, de 67,000 km cuadrados, el cuarto lago más grande del mundo, ha perdido el 50% de su superficie y más del 75% de su volúmen ya que se han desviado los dos principales ríos que desembocaban en él para los cultivos en el desierto. 20 de las 24 especies de peces que tenían han desaparecido. Con la represa Tucurí se perdieron 285 mil has de bosques tropicales y su vida silvestre. En otras regiones han desaparecido camarones y tortugas que no pudieron migrar.
Por otro lado, el río también va arrastrando más sedimentos orgánicos al embalse aumentando la biomasa en putrefacción. Sin embargo, las represas poco profundas en zonas tropicales cálidas tienen más probabilidad de ser emisoras importantes de gases de efecto invernadero que las profundas en zonas boreales. “Las emisiones brutas de los embalses pueden representar entre el 1% y el 28% del potencial de calentamiento global de las emisiones de gases de efecto invernadero”.[4] “Las represas son únicas entre los grandes proyectos de infraestructura en la dimensión y manera en que afectan la pauta de accceso a recursos, y su distribución a través del espacio, tiempo y grupos de la sociedad”.[5]


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